La justicia ha sido tradicionalmente entendida como los medios por los cuales se “da a cada quien según corresponda”, pero nuestro sistema judicial ¿cumple con esta premisa casi que sacrosanta para la administración de justicia? O peor aún ¿nuestra sociedad, asusada por medios de prensa sensacionalistas y políticos tendenciosos e irresponsables, vive ese anhelo por lo que es justo?
¿Cuantos años tuvo que esperar el cabo Zamora para que fuese absuelto y confirmada su inocencia? Es cierto que en Chile, apegados a los estándares apegados a los derechos fundamentales, existe la presunción de inocencia, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero Zamora lleva años siendo condenado por una turba (y no precisamente cælorum) que trataba de cavar su tumba, tweets sobran de políticos (si, incluyendo a aquel que todos sabemos a quien me refiero) haciendo caer la guillotina, no solo sobre el cuello del imputado, sino sobre toda una institución.
No olvidemos a los otroras defensores del pueblo, de la libertad, de la igualdad, que pasando a miles por el filo de la guillotina, terminaron ahí mismo, rodando su cabeza.
Tengamos más seriedad, seamos responsables con nuestros dichos, y no avivemos en la nación una sed de sangre insaciable, que cual circo romano, busca el desgarramiento del que es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Hay un antiguo refrán entre los juristas, “después de la Corte Suprema, solo queda la Corte Celestial”, bueno, no olvidemos que por esa última corte pasaremos todos, tratemos de vivir en justicia para ser encontrados inocente en ese juicio sin abogado ni testigos.